lunes, 26 de julio de 2010

Sin Miedo A Amar

que hemos carecido de momentos juntos, sé que hemos acordado momentos de amarnos aunque nunca nos hemos tocado. A veces el no tenerte aquí es tormento, te extraño tanto que no sé que hacer ya, te amo tanto que no sé que decirte; de más ahora que te amo estás cerca de mí, de mis palabras... Ya no alivian mi vida, ya ni especializan la carrera de la soledad...

Hay un título de trauma cuya muerte es nada, hay especialidades que nos hacen fuertes en futuro. Ahora que entraste a mi corazón estamos cerca, ahora caminamos en el espacio de un mismo corazón.

"Ya no hay más que pensar, ya no hay más que pensar". Dormimos en el mismo cielo, pero no en la misma cama, caminas por el mismo terreno, pero no en la misma calle, miras las mismas estrellas, pero no la misma constelación, miras la luna, pero no el mismo hemisferio.

DESDE EL FONDO DE MI CORAZÓN...

Estoy en mi cuarto, tendida en mi cama, absorta en mis pensamientos, y una música llega a mis sentidos.

Me deja inmóvil y mirando el techo, lo va llenando poco a poco de imágenes. De sentimientos. Recordando días pasados. Añorando lo que pudo haber sido y no fue, y quién sabe si alguna vez lo será.

Quiero borrar de mí ese sentimiento de impotencia que duele tanto, ese sentimiento, que te extraña y deja mi corazón dolido.

Dime Dios que todo esta bien, que quedan esperanzas, que no todo es dolor. Dime que vale la pena lo que se sufre.

Ruedan por mis mejillas unas lágrimas. Sigue la música y me ciega ante las imágenes que ruedan por mi mente una tras otra, imágenes junto a ti, tan cercanas, tan próximas.... que parecen vivirse de nuevo.

Dicen que la vida solo es una y que se ha de aprovechar al máximo por que pasa y no regresa.

Pienso que mi vida la desperdicie toda... es ahora que me doy cuenta y no tengo regreso. Siento que se me va de las manos, y que ya ni tiempo tengo para remediar lo mal hecho.

No tengo tiempo y me gustaría tanto, tomar tus manos, vida mía y decirte cuanto te estoy amando...

Borraría tantas cosas de un solo plumazo, y daría tanto de lo que estoy guardando...

Sigo pensando, recordando, dejándome llevar por lo que escucho, suave, pero al tiempo rítmico... y se suceden una tras otra tantas cosas vividas, tantas deseadas... y se piensa en las que quedan por vivir... y... me pregunto ¿tendré tiempo?

¿Podré algún día ser feliz con quien tanto deseo?

Y por más que lo intento, solo un pasado y un presente.

Son tantas cosas las que sueño, que me haría falta otra vida para vivirlas y... no tengo tiempo.

Siento que se me va de entre mis manos y callo lo que mi corazón pide a gritos: una nueva oportunidad.

Ruedan lágrimas por mis mejillas, de impotencia, de rabia, de sueños rotos... y de tantas cosas más...

Se agota la música, va llegando a su fin y no quiero que termine, por que pienso tanto en ti, porque duele la distancia, porque se sienten tantas cosas... son tan lindos los recuerdos, aunque duelan... se ha de vivir la vida, dar cuanto se tiene por que si guardas los sentimientos igual te das cuenta tarde de que no amaste cuanto podías y no le diste cuanto tenías de ti...

El amor es eso, dar todo...

Y en el sopor de las lágrimas, sintiendo que cada vez te amo más... y te tengo más presente en mis pensamientos... voy dejando que me pueda y venza el sueño, esperando que me llegue esa deseada ''SEGUNDA OPORTUNIDAD''.

viernes, 16 de julio de 2010

Mi Primera Carta De Amor

No sé realmente donde podría emprezar esta declaración. Tantas cosas vienen a mi mente y se amotinan como pájaros enjaulados... Una pregunta intrusa llega a mis pensamientos ¿Será tal vez que las acciones sean ya insuficientes y por ello tenga que aventurarme a escribir un epitafio sobre el amor? El destino te hará encontrar esta carta en el momento preciso, no escribo remitente ni escribo direcciones, solamente la verdad a veces cegada por el orgullo y otras cegada por el romanticismo que nos envuelve cual flama incinera brotes de papel.

Me declaro derrotada por tus encantos, me declaro ciega y prisionera de tus besos que llenan de éxtasis y fuego a esta pobre alma carcomida por el miedo de tenerte cerca y el horror de no verte más.

Aquellos días vividos y los que no hemos vivido aún. La curiosidad de saber a qué olería tu cuello cuando aspirara sus encantos, la timidez de tomar tu mano la primera vez que la ofreciste con devoción debajo de la mesa; cada cosa brillaba ante mis ojos y yo como polilla a la flama iba a quemarme junto a ti. ¡Y tú que pensabas que el amor era puro cliché adornado con estereotipos! Nunca llegaste a imaginar que nos volveríamos tan predecibles uno y otro, que podríamos complementarnos y hasta ponerle sello personal a cada gesto, a cada mirada y a cada roce de nuestros cuerpos...

Qué decir de los innumerables momentos en que nos envolvíamos en miradas coquetas, en besos inacabables, desde los más tiernos e inocentes hasta los más expertos, los más audaces, esos propios de los amantes que dejan a un lado la cordura y los modales, remplazados por un lenguaje duro y propio de dos almas que se unen, de dos cuerpos que se aman... El solo hecho de pensar en eso dibuja en mi rostro una sonrisa confortable y la pluma amenaza con abandonar mis dedos por los nervios que me aparecen en los nudillos.

Después de esto, ¿qué más habría que recordar? Seria bueno tal vez hablar de la primera vez que con nervios te enfrentaste a invitarme a recostarnos en los pastizales de aquél parque a encontrarle formas tontas a las nubes mientras sutílmente jugueteaba con tus dedos y tú con los míos. O cuando lloraste con frenesí en la oscuridad de tus silencios, implorando que no te encontrara y compartir tus miedos contigo. Fue ahí cuando comprendí tu dolor y cuando me di cuenta que eso era amor.

¿Crees que nos alcance el olvido? ¿Crees que alguna vez me mires y no sientas nada? ¿Crees que el destino sea tan mal perdedor que nos convenza algún día de que nunca estuvimos ahí y todo esto era pura pasión desordenada? Siempre he dicho que lo que más me gusta de ti es que conviertas la utopía en una realidad, encontrar nuevos caminos que transitar con nuevos ojos, saber que eres mejor amigo, alma gemela, amante incondicional y consejero vocacional. Que con un roze de tus manos calmes mis miedos y con un suspiro apagues mi fuego.

Hoy desnudo mi alma, desnudo mi corazón ante tus ojos para que lo tomes y lo ames tanto como amo yo que rompas la distancia que media entre mi cuerpo y tu silueta. Que te atrevas a cruzar el mar de besos por recibir un te quiero bien recompensado.

Estas letras solo forman oraciones, quizás hasta un verso... Tu nombre entre estas líneas y tu beso tatuado en mi corazón. Si te pidiera tus labios ¿me los darías? La pluma pide a gritos que la suelte, la mano se niega a seguir escribiendo para remplazar las letras por caricias en tu piel y para recorrer tu cuerpo con mis labios...

No firmaré esto con un te quiero, ni con un te amo...
Simplemente, sé mío por siempre.